Carta de Despedida 4ºC :)

¿A qué tienes miedo? Me preguntaron hace escasos días… Querría hacer para hoy un discurso inolvidable, un discurso que dejara huella en todo aquel que lo escuchase pero, cada vez que intentaba escribir una sola palabra, notaba cómo las lágrimas corrían por mi cara, no podía evitar que todo lo que se me viniera a la cabeza fueran recuerdos, claro que no cualquier tipo de recuerdos, un recuerdo que para algunos ha sido hasta de 12 años y que para nosotros será inolvidable porque no se pueden olvidar tantos sentimientos compartidos, porque nos hemos visto crecer unos a otros. Hemos visto cómo de pequeños nos peleábamos por ser los primeros en la cola y darle la mano a la profe, cómo hacíamos de las nuestras en el comedor para evitar tragarnos la comida del día, cómo en tercero de primaria nos pasaban a bolí y de repente éramos mayores. Cómo nos creíamos los amos del mundo al llegar a primero de la ESO cuándo no dejábamos de ser más que unos críos. Nuestros primeros exámenes de historia que tanto nos preocupaban… Y los últimos. Aún recuerdo con cierta nostalgia el primer día de colegio, cuando nos reunimos todos en el salón de actos y se presentaron todos los profesores, esos grandes desconocidos que después tomarían un papel más significativo en nuestro día a día. Recuerdo ese mar de caras nuevas y desconocidas, algunas asustadas, otras emocionadas… Pero hoy, hoy no son caras nuevas, sino las caras con las que hemos compartido nuestros mejores y nuestros peores momentos, sonrisas y lágrimas, aprobados y suspensos, amores y desamores… Aunque probablemente lo que más recordemos será éste último año que hemos pasado juntos, porque estoy convencido de que ninguno olvidará a Chime por las mañanas con su ‘’¡Hola, hola!’’, o Alba llegando tarde con sus ‘’Temas Personales’’, los ‘’Homework’’ de Kabir, o la sonrisa constante de Patri. Son sólo unas pocas de las mil cosas que habéis ofrecido a los demás durante todo el curso, muchas veces hasta sin daros cuenta. Según la RAE, graduarse es recibir un título, de la ESO en nuestro caso, pero yo lo definiría como el fin de un ciclo formativo, una etapa en la cual no sólo hemos aprendido a hallar cosenos, a memorizar fechas o a hacer chuletas, sino que ha sido una etapa humana, en la que muchos de nosotros hemos cambiado radicalmente de opinión, personalidad o gustos, y eso no está mal, porque en eso consiste esto: en equivocarse para así poder aprender y en no tener miedo… ¿A qué tengo miedo? Me preguntaron hace escasos días. Creo que como la mayoría de mis compañeros tengo miedo al cambio, a una nueva sección, para algunos nuevo instituto, para todos nuevos compañeros y profesores, 9 asignaturas nuevas, miedo a no encontrar lo que buscas, a quedarte solo, miedo a que te deparará el futuro y en si realmente esto es un adiós y no otro típico ‘’hasta luego’’. Caso de que esto sea un adiós, sólo me queda daros las gracias por hacerme pasar los mejores 4 años de mi vida, porque no pienso olvidar esto, ni a cada uno de vosotros. Porque cuando me duela mirar hacia atrás y miedo mirar hacia adelante, sé que podré mirar a la izquierda y a la derecha y allí os tendré, haciéndome reír, animándome, defendiéndome… Gracias por poner el hombro cuando las lágrimas caían, por estar ahí cuando sólo me hacía falta compañía, por poner esa canción que tanta falta me hacía escuchar, o simplemente por no dejar de hablar. Porque es cierto que al mirar a cada uno de vosotros, tengo un recuerdo en la mente y eso algo que no va a cambiar. También me queda pediros perdón, porque después de todo, sé que esto es egoísta, sé que muchos de vosotros no me haríais lo mismo y que nada volverá a ser como antes, pero me tengo que ir, está decidido, el día 9 de Agosto cogeré las maletas y un avión con destino Seattle… En mi billete pone que viajo solo, pero está muy equivocado, me llevo parte de vosotros conmigo, un poco de cada uno, la ternura de Alba, el espíritu de Borja, la sinceridad de Laura, el compañerismo de Elena, la alegría de Álvaro, la generosidad de Paula, la timidez de Rocío y la extroversión de Enrique, el genio de Paula y la picardía de Laura, la creatividad de César , la entrega de Rodrigo, la genialidad de Tony, la locura de Andrea o la amistad de Kabir. No, no viajo solo, no podría ir mejor acompañado y estoy seguro de que con eso, no puede irme mal . Estados Unidos o El fin del mundo, siempre os llevaré en el corazón chicos.